Empiezan las primeras expulsiones de migrantes tras el acuerdo UE-Turquía

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El primer grupo embarca en el ferri que les lleva a Turquía. / G. M. (Reuters) Atlas


  • Los 202 que han partido de Lesbos y Quíos son sobre todo paquistaníes y bangladeshíes
 Naiara Galarraga. Lesbos 4 ABR 2016 - 10:25 CEST

Al amanecer de este lunes han zarpado del puerto griego de Lesbos los primeros migrantes expulsados por la Unión Europea a Turquía según un acuerdo bilateral criticado por la ONU. Todos ellos han subido con sus bártulos y sin incidentes a dos ferris turcos que habitualmente trasladan turistas entre ambos países. La UE ha logrado así y pese a la improvisación cumplir su calendario, sin protestas de los afectados ante la prensa aunque finalmente han sido menos, un tercio de los 600 que planeaba echar este lunes.

Los deportados son 136 hombres, de Pakistán, Bangladesh y Marruecos, cada uno de los cuales iba acompañado por un policía, según ha explicado una portavoz de Frontex. En el grupo había también dos sirios que han solicitado retornar voluntariamente, según ha explicado en televisión el portavoz del comité del Gobierno griego para gestionar esta crisis, Giorgios Kiritsis. Los expulsados no iban esposados ni los agentes armados, según Frontex. El grupo, ninguno de cuyos miembros había solicitado asilo, según Frontex, han sido trasladados a Dikeli (al norte de la ciudad turca de Esmirna). Desde la vecina isla de Quíos ha partido otro grupo de 66 personas.

Wenzel Michalski, el jefe de la rama alemana de Human Rights Watch, ha declarado en el puerto de Lesbos que el proceso es “una expulsión forzosa en masa”, y por tanto “muy ilegal”. La europarlamentaria española Maite Pagazaurtundua, que también ha viajado a Lesbos, ha criticado las deportaciones, la política de la Unión con los refugiados y las dificultades para obtener información oficial de la Comisión Europea sobre las diversas medidas acordadas para gestionar esta crisis. Un grupo de activistas, incluidos los voluntarios que rescatan lanchas en el mar, ha protestado en el muelle al grito de “vergüenza, vergüenza”.

Estas expulsiones son la fase clave de la implementación del acuerdo firmado por los Veintiocho y el Gobierno turco el pasado 18 de marzo por el que acordaron que todos los llegados ilegalmente a la UE a partir del 20 de marzo, salvo aquellos que requieran protección internacional, serían retornados a Turquía, país al que ahora de facto la Unión considera un destino seguro para los refugiados. Con esa medida la UE espera disuadir a los potenciales asilados, frenar las llegadas de refugiados y migrantes, que ha sido incapaz de gestionar desde que se dispararon y la han sumido en una profunda crisis. En lo que va de año han llegado Grecia en precarias lanchas más de 150.000 personas, un tercio de ellos niños. La mitad ha llegado a Lesbos.

Los retornados han sido trasladados durante la noche en autobuses desde el campo de Moria, un centro de registro de migrantes convertido en centro de detención por el acuerdo de la UE con Turquía que se encuentra a unos 8 kilómetros del puerto de Mitelene. Una vez en el muelle han desembarcado de los autobuses y abordado los ferris. Las representantes de los servicios de inmigración turcos han recibido a los retornados en Dikeli.

Tanto las autoridades europeas como las turcas se han esforzado en cumplir el calendario y realizar las primeras expulsiones en la fecha inicialmente prevista, unas prisas que han sido muy criticadas por la ONU y varias ONG que sospechan que el procesamiento exprés de las solicitudes de asilo puede incumplir las garantías requeridas. Pese al desembarco de policías y funcionarios europeos en Lesbos, falta personal para poner en práctica todo el plan. Los agentes que este lunes al amanecer han escoltado a los migrantes eran de Francia, Letonia, Estonia, Lituania y Luxemburgo. La eurodiputada Pagazaurtundua ha criticado que los países se hayan dado mucha más prisa en aportar agentes a esta misión que funcionarios especializados en procesar solicitudes de asilo. La agencia Associated Press asegura que solo una décima parte de los 2.300 funcionarios solicitados por Frontex han llegado ya.

En las islas griegas hay aún detenidos unos 4.000 migrantes llegados después de la entrada en vigor del acuerdo. La incógnita es cómo responderán las autoridades griegas a las solicitudes de asilo que puedan presentar los sirios y los ciudadanos de otros países sumidos en conflictos: si acepta las solicitudes o las considera inadmitidas al sostener que debieron ser presentadas en Turquía. El acuerdo en principio contempla que también los sirios que huyen de la guerra sean devueltos a Turquía y que soliciten asilo allí. “No hay calendario para los retornos. Examinar las solicitudes (de asilo) llevará tiempo”, ha recalcado Kiritsis. Y faltan manos.
 
FUENTE: El País.

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